Tolo do Xisto, traducido como «loco de la pizarra», es la declaración de intenciones de la enóloga Andrea Obenza y Coca i Fitó, que en 2013 decidimos reflejar el coraje, la dedicación y, sobre todo, la pasión por cultivar viñas en una tierra tan difícil pero increíblemente gratificante como la Ribeira Sacra a través de vinos elegantes, frescos y minerales.
Tolo do Xisto es un homenaje a los paisajes del Atlántico, a la persistencia de los viticultores y a la belleza salvaje de la Ribeira Sacra.
Los impresionantes paisajes y las escarpadas terrazas de la Ribeira Sacra se abren paso entre los ríos Miño y Sil, en el corazón de Galicia.
En el tramo final del río Sil, entre los 200 y los 500 metros de altura, las gargantas, las paredes de roca y las pendientes de viñedo verticales, trabajadas desde hace milenios, se elevan sobre las aguas sinuosas del río. Este es uno de los parajes más mágicos y aparentemente inhóspitos de Galicia, los Cañones del Río del Sil. Estas condiciones geográficas tan particulares plantean una viticultura desafiante, casi imposible, que solo los verdaderos amantes de la viña están dispuestos a afrontar.
Apreciar plenamente la singularidad de los Cañones del Sil implica comprender cómo las oscilaciones climáticas influyen en este paraje. El predominio de un clima atlántico continental, sobre todo en las zonas más sombrías, se contrapone con el microclima de las laderas soleadas, con influencias mucho más mediterráneas.
El elemento identitario de Tolo do Xisto y hilo conductor de nuestros vinos es el xisto, la pizarra, que conforma, junto con el granito y el cuarzo, los suelos poco profundos de las terrazas de la Val do Frade, en el municipio de Vilachá de Salvadur, dentro de los Cañones del Sil.
El carácter mineral de los suelos de pizarra transmite concentración y una mineralidad y profundidad muy características a nuestros vinos.
En medio del imponente escenario de la Val do Frade, la mencía se revela como la variedad reina de la región. En las manos de Andrea Obenza y Toni Coca, esta uva no solo se adapta perfectamente a las difíciles condiciones del lugar donde nace, sino que sobresale en expresar de forma auténtica el terroir pizarroso de las terrazas que se alzan junto al río.
Trabajamos tres hectáreas de terrazas soleadas de cepas de más de 50 años entre los 300 y los 600 metros de altitud sobre el nivel del mar. Practicamos una viticultura respetuosa y sostenible, empleando técnicas manuales y de confusión sexual para proteger la cepa. Os Conventos es nuestra parcela más antigua y, también, la más apreciada. Las cepas viejas reposan sobre suelos rocosos, con muy poca presencia de materia orgánica y poco productivos, que hacen que solo pueda vendimiarse en añadas excepcionales.
